Con
una gran pasión y conexión espiritual, la Licda. Ana Cecilia Espinach
Bermúdez, carné 339, vive su venir y devenir en el periodismo, ha
pasado por varias etapas profesionales que van desde la cobertura de
hechos como el recordado atentado terrorista de La Penca y
acontecimientos nacionales de gran relevancia como la visita del Papa
Juan Pablo II a Costa Rica, hasta llegar a las aulas del Colegio
Monterrey en la década de los noventas.
La semilla que cimentó en sus estudiantes da sus frutos, y hoy el periódico Estudiantil El Faro del Colegio Monterrey, celebra su décimo quinto aniversario con su página digital.
Muchos colegas actualmente en medios han salido del laboratorio periodístico del Colegio Monterrey. El Colper ha seguido los esfuerzos del periódico El Faro del Colegio Monterrey, en el 2010, durante la celebración del Día de la Libertad de Expresión se invitó a la colega Ana Cecilia Espinach a compartir la actividad de la conferencia “Libertad de Expresión mediante las redes sociales”, con el Ministro de Educación, Leonardo Garnier y el actual presidente del Colegio de Periodistas, José Rodolfo Ibarra.
Primera Plana entrevistó a Ana Cecilia Espinach para conocer acerca de su trayectoria y visión.
Siempre tuve contacto con los medios de comunicación, pues mis padres trabajaron en una emisora de radio en la provincia de Limón (Radio Casino). Me llamaba mucho la atención. Además, me gustaba mucho estar en contacto con los demás.
Hice una aplicación en la Universidad en Costa Rica y ahí estaba la respuesta: ¡Periodismo! Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida y si volviera a nacer, sería periodista de nuevo.
Tuve excelentes compañeros y profesores allá por el año de 1978-82.
Compañeros y amigos que aún continuamos en contacto y otros que no volví a saber de ellos. Puedo mencionar a Heriberto Valverde, Raúl Silesky, Edith Alfaro, Lidia Picado, Maritza Alpízar (hoy su hijita es mi alumna), Ana I. García, Grettel Alfaro, Karen Asch, Ana Orozco, Yadira Jinesta, Luis Fernando Mata, Myrla Cullel, William Mora Vargas y William Vargas Mora y otros cuyos nombres se me escapan pero los recuerdo como una generación muy especial.
Entre los profesores que recuerdo están Sonia de la Cruz, Tomás Guerra, Ernesto Tapia, mi muy estimado Rolando Angulo quien fue mi primer jefe y a quien le guardo un gran agradecimiento por todo lo que me enseñó, Patricia Vega, Luis Montoya, Joaquín Vargas Gené. ¡Cómo no recordarlos si fueron mis pilares del Periodismo!, nos introdujeron a esta gran pasión dándonos su sabiduría y bases para el ejercicio profesional con honestidad y ética.
Me
inicié en Radioperiódicos Reloj con don Rolando Angulo (era como la
segunda Universidad del Periodismo), luego en Notiseis, Radio Impacto y
Noticieros Columbia.
La radio fue mi pasión. Cubrí todas las fuentes aunque me fascinaba el área judicial y la investigación en este campo. También trabajé en asesorías de comunicación y otros servicios en forma independiente (revistas, memorias, organización de eventos, diseños de propagandas políticas, programas de radio y televisión…)
Muchas, muchas.
No
puedo dejar de mencionar que en Radioperiódicos me tocó cubrir la
visita del Papa Juan Pablo II en el Hospital de Niños y durante la
transmisión, el Papa se apartó de su camino, se metió por entre los
niños enfermos y se acercó donde me encontraba y, simplemente, me dio
su bendición en la frente…Cuando lo recuerdo, todavía me quedo muda y
aun siento su mano posada en mi cabeza. También localicé a un niño
raptado ya casi en Panamá.
Recuerdo cuando trabajaba en Impacto, para poder quitarme las fuentes de sucesos me mandaron a la Presidencia, pero siempre les daba la vueltita a los amigos del O.I.J. y en una de esas me entero lo del Crimen de Alajuelita, para no cansarlos, llegué primero que el OIJ al lugar. ¿Quién me llevó?, todavía me pregunto cómo sabía aquel taxista el lugar exacto donde estaban los cuerpos…
Estuve en La Penca para el ataque de Peñas Blancas, di a conocer del crimen de Hugo Spadafora (esto me trajo serias amenazas contra mi vida desde el “hombre fuerte de Panamá”).
Descubrí planes de atentados terroristas por lo que tuve que llegar a un convenio de “primicia” con la Dirección de Seguridad Nacional. ¡Qué tiempos aquellos!
Bueno, una colega trabajaba en el colegio y me contactó para sustituirla. Yo necesitaba cambiar un poco este mundo y Dios me dijo: “¿por qué no? Los jóvenes son la simiente, empieza por ahí.”
La Tecnología de Periodismo tenía ya un año de funcionar y habían publicado un periódico que se llamó El Legado. Cuando ingresé en 1997, creamos el Periódico El Faro cuyo primer director fue el estudiante Gustavo Román hoy un prominente abogado que aún escribe en el Periódico La Nación y así continué hasta hoy, enseñando a cuanto joven le llamaba la atención el Periodismo.
Creo que ha sido importante, pues los estudiantes cuentan con su propio medio de comunicación para poder expresarse, aunque con límites pues ellos aprenden que el ejercicio del periodismo debe hacerse con responsabilidad social. También han experimentado con proyectos de radio y televisión, elaboración de anuarios y otros.
Al principio tenía mucha censura de parte de las direcciones y tuvimos que crear un consejo editor con representantes tanto de los estudiantes como de los docentes para defender nuestra libertad de expresión.
Era interesante, pues muchos docentes nos hacían la guerra y otros nos apoyaban. Pero nunca se ha dejado de publicar. En algunas oportunidades los estudiantes han luchado hasta con asesoría de abogados (papás) para poder realizar sus publicaciones. Hemos tenido amenazas de demandas (de padres de familia) también, pero gracias a Dios, hasta ahí llegaron. Hoy, los docentes nos apoyan y nos buscan para que se publiquen sus proyectos.
Bueno, yo siempre he querido que este proyecto se socialice y llegue a todos los colegios, tanto privados como públicos. Sigo dispuesta a luchar por ello, pues es una experiencia enriquecedora y todavía hay muchos aspectos por crear y descubrir en el Periodismo estudiantil. He escuchado de algunas iniciativas, pero se han quedado en ideas.
La docencia en periodismo estudiantil a nivel escolar o colegial, claro que es un campo muy rico por descubrir. Es muy interesante, hay tantas cosas vírgenes todavía. Sería un buen nicho de mercado para los periodistas.
Muchos
llegan a mi Tecnología no porque quieran ser periodistas sino porque no
tenían otra alternativa para escoger de acuerdo a sus intereses (en
nuestro colegio solo se imparten cinco tecnologías). Yo trato de
despertar y descubrir aquellos estudiantes que pueden tener vocación y
no lo saben. El reto es más interesante así.
Recuerdo una mamá que se me acercó y me dijo: mi hijo es periodista gracias a usted, él se llama Ervert Knör Mendoza. Otro chico me llamó el año anterior y me dijo: Profe, ya me voy a graduar de Licenciado en Periodismo: Esteban García.
No puedo dejar de mencionar a Allan Arroyo quien se ganó una beca para estudiar Periodismo en los Estados Unidos y hoy forma parte del personal de ADN del Grupo Nación.
Sé de alumnos que se inclinaron por las Relaciones Públicas y otros, que son editores de revistas, como por ejemplo, un chico que era buenísimo escribiendo y que quería estudiar Medicina; era el responsable de la revista de su facultad de medicina en México. Aunque no siguieron el rumbo del Periodismo, les ha servido como base (como siempre les digo) como un instrumento en la profesión en que se desempeñen. Tengo muchos abogados, sociólogos y politólogos que les encanta escribir.
Creo que sí. La docencia del periodismo estudiantil escolar o colegial, como yo lo llamo, es una proyección educativa con la cual podemos despertar no solo esta vocación sino orientar a los jóvenes a muchas otras aficiones. Es una herramienta social que nos permite introducirlos al conocimiento, análisis y difusión de todos los factores que componen nuestra sociedad con responsabilidad.
La página web fue una idea que surgió hace cinco o seis años. Buscando la vocación en los chicos y adecuándola a nuestra tecnología de Periodismo, me encontré con un chico que le gustaba esta área. Se llama Esteban Rodríguez Betancourt. Él inició el proyecto y aunque ya se graduó y está en la universidad en la carrera de informática, es quien continúa ligado al proyecto, prueba de que el periodismo puede ser el instrumento para otras profesiones.
Los jóvenes deben comunicarse entre ellos y el hecho de que sea un ex alumno los motiva aun más. Siempre hay alguien que le gusta más la tecnología y hoy por hoy, son piezas fundamentales del periodismo estudiantil, pues el factor económico es una de nuestra más grandes limitantes y la era digital nos ha facilitado mucho el alcance de nuestros medios. Los jóvenes que acaban de ingresar en el 2012 son muy productivos y ya actualizaron el facebook. Nos pueden buscar ahí como periódico El Faro con lo cual vamos al día informativamente y poco a poco El Faro se convertirá en “revista”
Creamos una nueva vida con ellos. Es como una comunicación constante entre el pasado, presente y futuro. Los jóvenes nos ayudan a entender su perspectiva de la actualidad y nos muestran que ellos son nuestra obligación para renovarnos constantemente. Son mi motor profesional y de vida personal. Significan mucho para mí.
El mar es mi higiene mental. Es mi espíritu.
La Biblia y lo que me exige la realidad. Por supuesto, mucho que tenga que ver con los jóvenes, la docencia y la comunicación.
Me gusta comer rice and beans con pollo.